Cóndor nace del amor por lo artesanal, por lo rústico, por esas cosas que se hacen con tiempo y con las manos. No hay moldes fijos: cada pieza es única, trabajada con materiales como el cuero natural, que tiene su propia textura, color y carácter.
Cada producto lleva horas de taller, de paciencia y dedicación. Por eso, los tiempos de entrega pueden variar: acá las cosas se hacen despacio, como antes, cuidando cada detalle.
La esencia de Cóndor está en mantener viva la tradición artesanal argentina. Crear sin apuro, con respeto por el oficio, sosteniendo una identidad que no quiere perderse. Los modelos cambian, los diseños evolucionan, pero la raíz siempre es la misma: lo hecho a mano, con alma y propósito.
Gracias por valorar lo imperfecto, lo auténtico, lo que lleva historia en cada puntada.
¿porque Cóndor?
Cada verano que paso en la Patagonia me quedo esperando ese momento en que aparece, volando bien alto, entre montañas y cielo. Es el único lugar donde lo puedo ver seguido, y aun así, nunca deja de sorprenderme.
Hay algo en su vuelo que me conmueve: su libertad, su presencia imponente, esa capacidad de sobrevolar los mejores paisajes desde lugares que los ojos de uno, desde abajo, no alcanzan.
El cóndor parece mirar todo desde otra perspectiva, más calma, más sabia.
Para mí, representa fuerza, conexión con la naturaleza y una libertad silenciosa.
Por eso se llama Cóndor. Porque todo lo que hago busca volar alto, pero sin despegarse nunca de la tierra.